El transcurso del día no ofreció grandes diferencias, sin embargo, a medida que la tarde avanzaba una sorpresa tras otra, pero el mismo sentimiento: “desconsuelo”, entonces la tarde empezó a diferenciarse del día y con esto el sujeto, yo, de las 16:00 era otro en relación al sujeto, yo, de las 10:00. ¿Qué paso? Si la mañana fue victoriosa (la llave es para ellas y la elección es de nosotros), tal vez, el hecho que seamos propensos a la crítica y por ende el darse cuenta cabalmente del error, o por lo menos del déficit. Así y todo durante la tarde se me atañe prepotencia, algo que no puedo negar, pero de quien viene ese reclamo lo hace aún más preocupante, no es que me preocupe ser prepotente, mas si me preocupa que me lo digan cuando en realidad pienso que no lo soy……….ahora, si me lo dice alguien que carece incluso de orgullo y refugiase en la locura para sentirse ofendido y con esto elevar sus prepotencia no me parece malo.
En sí este no es el problema, creo. La frustración que genera en este ser “prepotente” la existencia del error y la manifestación del error a través de la prepotencia da cuenta que no debiese ser tan “prepotente” o que si lo soy—prepotente—es porque quizá no soy tan prepotente como creo y eso debo negarlo con rotunda prepotencia.
A medida que escucho su neceser sin agravio, me doy cuenta de mi prepotencia, pero ¿cuando le fui prepotente?, la respuesta es: creo que nunca o si lo fui, creo no haber sido tan prepotente como lo soy con los prepotentes, entonces, ¿Cuándo le fui prepotente?, me dice cuando le negué esto o cuando negué lo otro, tal vez lo otro (estoy seguro que no debían salir), pero en lo primero (que dé ya no vi necesario realizar) considero no haber manifestado prepotencia, por tanto : ¿fui prepotente? o a él ¿le falta saber de la prepotencia?.
Ambos, creo haber sido prepotente con la tribu, pues esta y sus miembros han perdido su prepotencia, así qué: en este mundo donde todo es prepotencia, se condena al prepotente por ser más prepotente que el menos prepotente…
Con todo esto prometo: “entenderlos a los no prepotentes”……., PERO QUE PREPOTENCIA LA MÍA.
Pd. No es que sea prepotente, tal vez lo soy porque no queda otra…y siempre se sigue cambiando y buscamos ser menos prepotentes.
(Una teoría epigenética del desencanto revolucionario) Entiendo la revolución y cada una de las revoluciones presentes y pasadas en el mundo como una refutación de la historia en pos de una historia distinta. Así la historia no solo es un conjunto de ideas y hechos, sino, también, de actores cuyos comportamientos condicionan el decurso y discurso histórico. Cada una de esas ideas condicionan comportamientos y a su vez una retroalimentación reverberara en el caudal ideativo generando nuevas ideas. La revolución, entendida así, como un refutación de la historia, es un emprendimiento que se genera de una insatisfacción en pos de una satisfacción; de una insatisfacción histórica en pos de una satisfacción histórica y en ese éxtasis el nuevo orden (la revolución misma) parece abrirse paso a través del viejo orden. Sin embargo, luego, vemos que el viejo orden nunca se va y el nuevo orden aún esta muy ...
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