¿Una ley contra el racismo, no sería discriminar al discriminador?
Una ley contra el racismo, es la máxima expresión de la decadencia de la humanidad y el sello final a la esperanza de un hombre consciente, capaz de una ética de vivir y una estética de apreciar la vida. Una ley contra el racismo es reconocer que hemos perdido una batalla y lo único que queda es vetar la consciencia humana. Porque no pedir después, entonces, eliminar de la memoria todas aquellas imágenes que erigieron al racismo, porque no borrar todos los capítulos de historia de los libros, olvidémonos de Evo, Ghandi, Mandela y Luther King, olvidémonos del nazismo, dejemos atrás el cristianismo, reiniciemos la vida de cero y si, si, porque no, eliminamos al hombre mismo y todo su devenir histórico.
Una ley contra el racismo es ocultar a nuestros fantasmas, es no mirar a los ojos a nuestra naturaleza y es no ser racistas porque no, en vez de no ser racistas por ser humanos. A la historia, le gusta el hombre imperfecto que da vida a cada uno de sus vericuetos. Una ley antirracista es ese vericueto, de nosotros imperfectos en búsqueda de una perfección; perfección que nacerá, algún día, de esa libertad; libertad que nos hizo, también, ser racistas……..
Si toda ley fue hecha para romperse, lo que menos necesitamos contra el racismo, entonces, es una ley. Lo que se necesita son Mujeres y Hombres de verdad.
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