No existe la despedida perfecta. Solo existe un momento fútil en el cual dos sujetos evitan mirarse a los ojos mientras esconden sus lágrimas del otro (o al menos uno cree eso). Las palabras no son tan necesarias, es así que decir Adiós o Hasta luego no es relevante, pues ella se va y lo que tuviste de ella no retornara jamás, al menos no como se fue, con razón Borges repetía que lo único que se pierde es lo que no se ha tenido, pues lo que se tuvo no se pierde simplemente cambia o cae en el olvido. Durante una despedida un deseo de suerte siempre es necesario aunque por dentro te cuesta pensar en eso y posiblemente el deseo de suerte es una proyección de uno mismo para la vida de uno mismo ya sin ella. La vida parece comenzar y acabar con despedidas, por eso será que siempre para seguir adelante debemos dejar algo o a alguien? Tal vez fue la experiencia pero estuve más tranquilo, tenía un cigarro, las gafas oscuras ocultaban mis ojos, y los últimos 15 años de despedidas hicieron de mi alguien más experto en esa última mirada, en esa última palabra, en ese último beso, en saber contener ese grito de quédate!!!, pero aun así la experiencia debe alimentarse también de dolor y mis 30 años aun no son suficientes, y creo incluso que el decurso de una vida no te prepara ni te preparara por completo para todas las despedidas. El silencio, como nunca es bienvenido, y hace su parte quebrando el frio emocional en el que prefieres ensimismarte pero alguien debe hablar pues el ómnibus, el tren, la flota o el avión deben partir y los pasajeros y el conductor no piensan esperarte 50 años más a que te despidas y entonces solo te dije suerte, tal vez era lo único necesario por decir, te dije que seas feliz a pesar de todo y te di el último beso—en el cual milagrosamente cerré los ojos—en medio de ese momento fútil, de esa terminal de buses fútil, de una ciudad fútil que no sabía y jamás sabrá que dos almas rotas supieron encontrarse y les tocaba separarse para quien sabe que o fragmentarse en mil y una partes más o simplemente vivir y tratar de ser lo más felices posibles.
Nunca mires atrás reza el viejo refrán, pero como los héroes de todas las tragedias humanas di vuelta por un momento (sabiendo lo que pasaría) y pasó; pasó que ella ya no estaba ahí (ilusamente creemos que pueden estar, que milagrosamente se quedan y te sonríen por eso damos vuelta, pero ya lo ves la vida no es siempre una película de amor, creo que más bien es una tragicomedia romántica donde solo hay un final). Dado la vuelta y con su ausencia ya patente fue ahí cuando me sentí yo mismo de nuevo y me cuesta describirte lo desagradable de eso por un momento. Cuando estas solo, horas posteriores a la última despedida, tratas de recordar algunas cosas de ella; lo único que siempre cuesta recordar son sus facciones finales, es como si la disociación fuera parte de la despedida y siendo así no recuerdo tus ojos, tu nariz, tu boca, tu cara al momento de irte, seguro estabas perfecta como siempre……….
Cobija y Brasileia estan anegadas por el desborde de los ríos, entre ellos el Acre, y miles de familias lo han perdido todo, es como si las lagrimas de todos se hubiesen juntado en una sola noche para bañarnos de realidad, de una realidad de pobreza y conformismo, una realidad de distancia, impotencia y soledad. Un hombre me cuenta que perdió todo lo hecho en una vida, una mujer llora mientras señala que su hijo está desaparecido e interminables infecciones, ansiedad y estrés postraumático visitan el consultorio móvil armado por el Hospital. Muchos no pudieron despedirse de sus cosas o de sus seres queridos, simplemente en medio de la noche la naturaleza irrumpio hurtando lo que tenian.
No existe la despedida perfecta pienso, sin embargo, siempre es mejor, que te diga buena suerte y hasta luego como el pasado lunes te lo dije a que te vayas sin previo aviso como todas esas personas y cosas que perdieron los ciudadanos de Cobija y Brasilea.
El sufrimiento es algo tan subjetivo e incomparable que escribo de nuevo a una despedida y de a poco voy perdiendo la cuenta.
Sabes? No existen las despedidas perfectas, pues somos seres imperfectos, en una vida imperfecta, en tiempos imperfectos y con vidas fútiles, que suelen bañarse de gloria cuando aparecen personas como tú para quedar siempre embebidos en tus aguas y porque no agradecidos. Sí lo se, la vida no es perfecta, es imperfectamente perfecta; esa perfecta imperfección fue la responsable para que Armstrong se esforzase tanto para encontrar el sonido de su “what a wonderful world”.
Esa perfecta imperfección hizo nuestro encuentro y despedida, ese caos del que tanto te hablaba fue responsable de una pasión de un hola y un adiós.
No existen las despedidas perfectas, quizás si las bienvenidas perfectas pero eso forma parte de otra historia..........
PD. Una amiga me dice que Dios hace las cosas por algo. Al fin y al cabo, respondo, si Dios está ahí afuera definitivamente no puede estar en todos lado, talvez esto es mejor.........
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