I (una delicada luz irrumpe a través de la ventana entreabierta de una habitación gobernada por la ausencia de la luna. Dos cuerpos sentados en una cama enseñan dos rostros que se observan. Uno, el de ella, de finas facciones ahora se halla desencajado, su voz oscila entre el grito y el susurro y un quiebre es evidente. Él, por su parte, esboza tranquilidad en cada una de sus facies, sabe de lo que se trata, quizás siempre lo supo y solo quiere ayudarla) ELLA: (…) o sea que ya no me amas? Dime, dime, DIMEEEEEEE!!!!!!! Dime que de verdad ya no te importo?? Dime que lo nuestro represento un momento de pasión en nuestros genitales, que tu corazón no sintió ese fuego de nuestros besos, nuestros abrazos, ese fuego de saber que te tengo y saber que me tienes, que tus palabras fueron vacías y mis oídos simples huecos en los cuales depositaste esperanzas falsas. Dime, dime que lo nuestro fue un error, pero no digas que lo nuestro no fue nada!!!!! EL: ...