Describir la génesis de esta contradicción seria innecesaria si no viese a tantos pacientes desatendidos, doloridos y tal vez—lo dudo--olvidados, pero más aún (dada mi calidad de médico) ver a tantos médicos despreciados, vejados en su integridad, insultados y maltratados.
Hace tiempo, http://www.facebook.com/Ghonzalito/posts/336591159705502 , que escribí acerca las 6 horas de trabajo y expuse las razones de por qué estas deben mantenerse, dichas razones iban más allá de los años de estudio empleados en nuestra profesionalización (licenciatura, especialidad, maestría, subespecialidad, doctorado, etc) o la calidad de trabajo que tenemos (que, por ejemplo, nos llevan muchas veces a trabajar más de 8 horas al día) y porque decidí escapar a estos argumentos, legítimos por supuesto, porque nos confrontaban directamente con la población, entronizándonos falsamente en un lugar al cual tuvimos el privilegio de acceder y al cual nos debemos más allá de las 8 horas no por una obligación sino por una decisión personal . Los argumentos que expuse podrían bien extrapolarse al conjunto de la población, y si, porque no, plantear como grupo colegiado médico, que las seis horas son también posibles para el resto de trabajos.
Entonces pienso abordar nuestra petición de las 6 horas no por nuestra condición de médicos, sino más aún por un derecho ganado y el cuál como todo derecho es irrevocable e irrenunciable, pienso abordar esta petición desde lo legal y que queda claramente avalada por nuestra Constitución Política del Estado; negar esto, es negar la verdad y no permitiremos este atropellamiento al colectivo médico bajo el falso estandarte de “más horas, mejor salud”. No estamos enfrentados a la población y sin duda nos disculpamos cada día y cada hora por esto, existirá alguna factura por pagar y otras cosas por meditar más adelante, seguro lo habrá, pero nuestra lucha no solo es por los colegas médicos, sino por el respeto que el gobierno debe tener por las leyes, el respeto que el gobierno debe tener por la sociedad y las personas (en este caso los médicos). Y quien respeta al paciente?, seguro alguien preguntara, pues sin duda alguna el que menos respeta a los pacientes será el gobierno, pues:
Primero.- de la nada y buscando claramente una confrontación distractora por los malos resultados de su política actual (no todos los resultados son malos, sin embargo, quiero mencionar) inicia una campaña para imponer su decreto.
Segundo.- inicia una campaña sucia contra los médicos indicando que ganamos más, que atendemos mal (lo que no niega que existen casos de negligencia y mala praxis) y que somos flojos por no trabajar ocho horas y lo peor aún, va en contra de sus compatriotas cuando el ministerio dice: “traeremos médicos cubanos”.
Tercero.- cree que mas horas es mejor atención y mejor salud, nada más falso pero proveniente de la demagogia distractora ya obsoleta y desgastada que el pueblo va reconociendo de a poco.
Cuarto.- porque dilata una posible solución, en la cual no busca escuchar sino imponer y dictaminar valiéndose de fuerzas de choque (lo cuál tampoco desestima una ofensa normal y valida de la población general) que seguro tiene entre sus filas padres de médicos, médicos, enfermos, familiares de enfermos, etc.
Quinto.- finalmente, porque pese al paro indefinido, el médico—por su juramento—va a ver a sus pacientes, tal vez no dándole todo el tiempo que da en otras circunstancias, pero lo hace en medio de un paro, de un gobierno que quiere coartarlo y en medio de la crítica.
Bordieu alguna vez escribió que la universalización tenía como contracara la monopolización y lo que el gobierno ahora nos ofrece, pues siendo sinceros también supo mostrarnos lo primero, es lo segundo: la monopolización, el dictamen y la imposición. Nuestra lucha va más allá de las ocho horas, nuestra lucha es por el respeto a los derechos.
G.H. Amador, Médico Psiquiatra.
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